jueves, 11 de noviembre de 2010

¡Sí, hemos perdido el norte!

   Hace pocos días, como consecuencia de una noticia oída en televisión, sobre la prohibición de que las chicas jugaran a la soga en los Colegios, en las horas de recreo, me preguntaba y os preguntaba, si estábamos perdiendo el norte. Hoy ya sé la contestación: ¡Sí! Y ha vuelto a ser la televisión la que me lo ha confirmado. Hace unas semanas, los pobrecitos dueños de los Casinos de este País, tan famélicos ellos, presionaron al gobierno de no sé qué Comunidad, para que prohibiera jugar al bingo en los Hogares de la Tercera Edad, porque les hacían la competencia. Y dicho gobierno, atendiendo siempre al débil contra el poderoso, cerró varios de ellos, y apercibió a otros tantos, a pesar de que la recaudación máxima de la venta de cartones, comprobada judicialmente, ascendía a la astronómica cifra de cinco euros.
   Nuestros pobres abuelos, sin salir aún de la estupefacción que les produjo acto tan abyecto, alegaron y…ganaron.
   Ahora resulta, que tampoco pueden jugarse cinco céntimos a la brisca o al tute, porque también están dañando la buena marcha de la economía nacional, con una competencia desleal tan descomunal.
   No sé cómo acabará el tema (me imagino que nuestros abuelos lo volverán a ganar), pero ¿os imagináis que hubiesen venido aquí, en los maravillosos tiempos de mi infancia, las fuerzas represoras del País, a prohibirles a la “Perpe” y compañía, que se jugaran la perra chica a la brisca, en las mesas camilla? Decididamente… ¡Hemos perdido el norte!

Bailando con lobos.

   Cuando uno lleva ya veintitantos años metido en el mundo del ecologismo, intentando, entre otras muchas cosas, preservar por todos los medios un trocito del paraíso que heredó de sus antepasados, para poder legárselo a sus nietos, llega un momento en el que se cansa, no tanto del desprecio y de la incomprensión de su gente, que al fin y al cabo siempre contó con ello, cuanto de que desde la propia Administración, que debería ser su fuerza y su aliento, sea tratado como un auténtico necio.
   Este extenso proemio, nace como consecuencia de la denuncia que el 25 de Noviembre de 2005 interpuse en varias Administraciones contra el Ayuntamiento, por meter una pala mecánica en el río Najerilla, sin cumplir los requisitos que se le habían exigido para ello.
   Y es que después de tres meses largos sin tener noticias de mi denuncia, haciendo uso de un derecho constitucional, el 17 de Marzo de 2006, volví a presentar otra en las mismas Administraciones, esta vez de MORA, para obligarlas por Ley a que me contestaran o, en su defecto, poder llevarlas a los Tribunales.
   Y viene a resultar que el día 7 de Abril de 2006, recibí en Correos la respuesta del Director General del Medio Natural de La Rioja, Miguel Urbiola Antón, en la que me decía, me consta que sin cortarse un pelo, “que la Ley de Procedimiento Administrativo de 17 de Julio de 1958, fue sustituida por la Ley 30/1992, de 26 de Febrero, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. Y que para la Administración de la Comunidad Autónoma de La Rioja, es también de aplicación la Ley 4/2005, de 1 de Junio, de funcionamiento y régimen jurídico de la Administración de la Comunidad Autónoma de La Rioja”. Y yo, que soy un estulto, voy y no lo adivino en todo este tiempo.
   Después, para no extendernos en demasía (pongo la carta a disposición de quien quiera leerla), viene a decirme “que los denunciantes ya no somos parte interesada en la denuncia, y que no tenemos más participación en el proceso que el derecho a recibir comunicación del órgano competente sobre la apertura o no del procedimiento”. Y a mí, ¿cuándo pensaba dármela?
   Continúa diciéndome “que todo estaba en regla; que los trabajos se hicieron bajo la supervisión de personal de su Dirección General, a partir de las dos horas de su comienzo; que se cumplieron las condiciones impuestas, y que se mantendrá el paso de nutrias y visones, puesto que la vegetación podada se regenerará naturalmente la próxima primavera, y que tampoco existió afección a la fauna piscícola, ya que no se produjo el dragado del cauce.”
   Y termina haciéndome saber que “esa Dirección General entiende que no existe infracción administrativa, por lo que con esta fecha se procede al archivo de las denuncias presentadas.” O sea, que no tengo derecho, pero sí. Que si no denuncio la MORA no se hubiese archivado nunca.  Que si no te enteras, usebín... ¡Esto es un puñetero cachondeo!
   A ver si se enteran también el Profesor y los Alumnos de “Ciencias de La Tierra”, del IES “Esteban Manuel de Villegas”, de Nájera, de que no le pasó nada a la Flora y a la Fauna del río Najerilla. Que ni se dragó, ni se removieron los lechos fluviales, ni se arrasó la vegetación. Que no anduvieron las palas mecánicas por el río. Que sólo se podó la vegetación, y que los visones y las nutrias volverán como las oscuras golondrinas de Bécquer. Que no os enteráis de nada. Que en Nájera existe mucha afición a trucar, no sólo las fotos, sino las pupilas de los ojos, y luego veis a colores lo que no existe ni en blanco y negro...
   Por favor, señor Urbiola, dilapide usted el dinero que desde Bruselas le envían para la recuperación de los ríos. Condone usted todas las denuncias que pongamos contra los caciques de los pueblos. Haga usted en su Administración todo aquello que le pida el cuerpo. Pero no nos tenga por tontos. Que los que lllevamos tantos años tratando con gente como usted, de sobra sabemos que somos corderos bailando con lobos.