lunes, 29 de noviembre de 2010

Tres vergüenzas en una.

   En la Plaza de Santiago, desde hace muchísimo tiempo existían dos vergüenzas que, ahora, como por arte de magia, se han convertido en tres.
   Me explico, nuestros conspicuos gobernantes (ahora igual lo vuelven a decir, aunque con la pasarela de los pescadores tienen bastante), en un alarde de heroísmo nacional, nos prometieron por activa y por pasiva que iban a quitar el casetón transformador que existe en medio mitad del parque de la Plaza de Santiago; pero como demostrar firmeza ante el poderoso no se lleva, se dijeron para sí: “pues les ponemos un gran cartelón a los vecinos, y como son medio tontos, pues van y no se enteran”. Y, ni cortos ni perezosos, colocaron allí el gran cartelón que anunciaba (y anuncia) la celebración en nuestra ciudad de la Exposición La Tierra Abierta: Nájera Legado Medieval, de mayo a octubre de 2.005. ¡Con un par!
   Por si esto fuera poco (el casetón no puede ser más horrible), ahora se les ha iluminado la sesera, y se han vuelto a decir: “pues como no lo vamos a quitar nunca, lo aprovechamos como portador de carteles, o cartelera, y aquí paz (en sus casas) y allí mierda (en las de los pobres moradores del lugar)”. ¡Y así lo han hecho! De momento nos han anunciando un “foro regional contra la violencia de género” (doméstica, estultos). Mañana… ¡Dios dirá!
   ¡Pues bien!, han de saber ustedes, señores gobernantes (de sus intereses), que el casetón de la Plaza de Santiago es un peligro cierto, porque está a escasos veinte metros de las viviendas (sólo lo separa de los dormitorios, la calle), distancia escasísima a todas luces, y puede producir efectos adversos no térmicos, provocados en los seres humanos por las radiaciones electromagnéticas, tanto por las estaciones de telefonía móvil, como por casetones y torres de alta tensión, como cefaleas, insomnio, alteraciones del comportamiento, ansiedad, depresión, cáncer, etc. etc. O sea que, aunque sólo fuera por cubrirse las espaldas (la gente suele tener memoria), deberían quitar de allí ese adefesio inmediatamente. Yo se lo he pedido varias veces. Ustedes obrarán (o no) en consecuencia. ¡Allá cada cual con su conciencia!