domingo, 15 de mayo de 2011

¡¡El Náxara C.D., un gran Campeón!!

Estos Campeones van a hacer que haya que rectificar el pie de foto.
   Queridos Cantores, el Náxara Club Deportivo, que tan brillantemente dirige Clemente Porres Díez; el Náxara de todos los najerinos, se va ha proclamar Campeón, jugando, para gloria de todos  nosotros, la eliminatoria de ascenso a Segunda División. Este gran triunfo nos reconforta sobremanera a los que de jovencitos realizábamos aquellos desafíos futbolísticos, en el Olivar de Wichita, y en el campo de La Salera, que estaba al costado del frontón, en los que ninguno de nosotros llevaba la indumentaria completa: Al que no le faltaba la camiseta, le faltaba el pantalón; al que no le faltaba ni lo uno ni lo otro, le faltaban las medias; el que tenía estas tres prendas, carecía de botas. O sea: ¡Un desastre! Los desafíos eran entre los equipos de diferentes colegios, asociaciones y barrios najerinos: Los Leones contra la OJE; los Maestros contra los Frailes; los de Wichita contra los de San Fernando…, y los balones eran de cuero, gracias a “Juanito Zahor”, el intrépido astronauta que recorría el espacio con una cuba de vino de Rioja. Otros, gracias a la “Conquista del Oeste” (nos poníamos morados de comer chocolate Zahor y Hueso para conseguirlos), y otros, prestados por “buscatalentos”, que siempre los hubo. La rivalidad que existía en estos partidos era tal (me río yo de los partidos de “alto riesgo” de ahora), que, en lugar de desafíos futbolísticos, deberíamos haberlos llamado “guerras tribales”. Montábamos unos ciscos impresionantes entre nosotros en todos los partidos, aunque cuando se armaba de verdad, era cuando jugábamos contra la OJE, ya que, zumbándoles a sus jugadores, nos vengábamos de su Presidente, don Alfredo, el Director del Colegio San Fernando, por martirizarnos haciéndonos cantar todos los días el “Cara al sol”, colocaditos en hileras de a dos, con los brazos estirados, tocando el hombro del compañero, en el pasillo del Colegio, al salir de la Escuela. (De lo que deduzco, ahora que lo escribo, que ya en aquél entonces, éramos “rojos”.) No obstante, he de aclararos, queridos Cantores, que estos desafíos causaban tantas bajas como las guerras que librábamos a pedrada limpia en el cascajo, los de los Maestros contra los de los Frailes, que como eran de orilla a orilla del río Najerilla, y ninguno de nosotros se lo pasaba, no hacíamos ni un puñetero pique. Sea como fuere: ¡¡Larga y fructífera vida al Náxara, y que Nájera y los najerinos se lo premien!!