viernes, 17 de junio de 2011

El Palacio de la Turca.

Escudo del Palacio de la Turca, sobre la nueva fachada.
   Cuando yo era niño y vivía al lado del Cine Doga, en la Calle Cuatro Cantones, número 11, recuerdo que todos los niños de dicha Calle y de todas las adyacentes, le teníamos pánico al conocido entre nosotros como Palacio de la Turca. No obstante, atraídos por la curiosidad (éramos más curiosos que los gatos), fuimos perdiéndole el miedo, y llegamos a entrar en él muchísimas veces, para inspeccionarlo en su totalidad, incluso en presencia de la Turca, una pobre mujer que nunca supimos de dónde vino, y su marido Toribio, miembro de una familia najerina. La Turca tenía fama de loca, y era por ello por lo que le teníamos tanto miedo. Toribio, en cambio, era un hombre humilde y bueno; tan bueno, que jamás quiso abandonar a su mujer, a pesar de haberlo podido hacer en cualquier momento. Estos personajes najerinos, vivían en el entonces número 20 de la Calle Cuatro Cantones, y su casa hacía esquina entre ésta y la Plaza de Santa María. Tenía tres plantas, la inferior en sillería con portada de medio punto y cornisa labrada del XVI, y escudo del XVII, mantelado de tres lises entre dos calabazas con bordura de torres y soles, cornisa labrada y pisos altos rehechos en el siglo XX. Tanto esta casa, como la de al lado, la número 18, de tres plantas también, la inferior en sillería con portada de medio punto, rehecha en adintelado, y altas de tapial voladas sobre ménsulas de piedra escalonadas y vigas labradas del comienzo del XVI, fueron, según palabras de los encargados de inventariar el Patrimonio de La Rioja, “bárbaramente derribadas en 1.980, y grotescamente reconstruidas”.
   Hace unos diez años (o algo así), cuando los miembros del FORO celebramos una “Semana Cultural sobre nuestro Patrimonio” (tampoco sé con certeza si se llamó así o no), trajimos a Nájera al decano de los Arquitectos, y, curiosamente, cuando se refirió a esta casa (a la actual), dijo que era de estilo “remordimiento”.