martes, 4 de octubre de 2011

Siempre me pareció despreciable.

Posesiones de algunos temporeros.
   Que para cuatro migajas que les da el Ayuntamiento a algunas Asociaciones Humanitarias, muy de cuando en cuando, el acto de entrega tenga que salir publicado, con fotografía incluida, en todos los diarios. Decía mi admirado Gibran, que “hay quien da un poco de lo mucho que le sobra, y lo da buscando el reconocimiento, y su deseo oculto daña el regalo”. Y llevaba muchísima razón. Pero es que ni siquiera éste es el caso, ya que en esta ocasión, no sale de los bolsillos de los gobernantes el regalo. Pero si despreciable es que hagan esto en circunstancias normales, lo es muchísimo más que lo hagan ahora con Cáritas, declarando ufanos que lo hacen en reconocimiento a la gran labor humanitaria que dicha Asociación está llevando a cabo con los temporeros que ellos mismos han condenado al más absoluto de los desprecios, como es el caso. Nuestros gobernantes no pueden publicitar un acto como este, cuando llevan años desoyendo la cada vez más estentórea voz del pueblo, y soslayando el trágico drama que  durante la época de la vendimia están viviendo a diario centenares de temporeros negros, a los que no les han ofrecido ni tan siquiera un lugar en el que dormir bajo techado.  Esto, además de despreciable, es inhumano, abyecto y obsceno.