jueves, 29 de diciembre de 2011

Los niños podrán disfrutar de la Cabalgata.

Y los niños grandes también.
   Queridos Cantores, desgraciadamente lo de la suspensión de la Cabalgata de Reyes era la inocentada de ayer, “día de los inocentes”. Y digo "desgraciadamente", porque con ser terrible que los niños se hubiesen quedado sin Cabalgata, ¡que lo es!, lo es muchísimo más lo de abandonar a su suerte a tantas personas desgraciadas, en el sentido más estricto de la palabra, que están malviviendo gracias a la caridad humana. El señor Rajoy lo iba a arreglar nada más llegar al poder, porque según nos dijo hasta la saciedad, "ellos no se iban a resignar a tener cinco millones de parados". Pero lo único que ha hecho (de momento) es congelar el Salario Mínimo Interprofesional tan astronómico que tenemos. Después de Reyes vendrá lo demás: Despidos masivos y gratuitos; contratos de cuatrocientos euros sin seguros; Sanidad y Educación privada; copago sanitario y farmacéutico; perdida de derechos y todo lo que durante los últimos cuatro años ha estado maquinando en silencio. ¡Jamás el silencio fue tan productivo para nadie! En fin. A lo que vamos, que todos los padres y abuelos podéis respirar tranquilos, porque vuestros niños volverán a ver, un año más, sus sueños cumplidos. Así pues, feliz Cabalgata de Reyes para ellos, y para nosotros, los adultos, que no nos traigan en sus alforjas la carta de despido. Esto es lo mejor y más profundo que os puedo desear en estas malditas circunstancias, Amigos míos.