sábado, 10 de marzo de 2012

Yo llevaba razón.

Así deberían estar cada verano las riberas de mi bienamado río Najerilla.
   Tal y como denuncié en un artículo titulado “La mesa de la discordia”, publicado en la “Crónica de Nájera”, en el verano del año 2005, la persecución que una cuadrilla de najerinos sufrió por parte de nuestros probos gobernantes, por el mero hecho de hacer lo que siempre habían hecho: Cenar a la fresca en la ribera izquierda del río Najerilla, junto a su vivienda, no era casual en modo alguno. Y no lo era, porque desde el año 2005, hasta el año pasado (2011), que los denunciaron, mirando con lupa los flecos que a este respecto pudiera tener el Reglamento, no desistieron en su acoso y derribo contra esta cuadrilla de najerinos. Ese mismo año, el 7 de Mayo, concretamente, escribí otro artículo, publicado en este blog, titulado “Las riberas son para el verano”, después de haberlos denunciado  el Ayuntamiento por cenar en la “zona de dominio público hidráulico” del río Najerilla, amparándose en algo tan peregrino como “una ordenanza de limpieza”. Al final de dicho artículo, decía: “Porque es ése, y no otro, el uso que todos deberíamos hacer de un paraje tan idílico y querido. Lo demás, como ya demostró con creces mi querido y recordado amigo, José Ramón Bernal, a pesar de ser muy mal tratado y peor pagado, es de lo más sencillo. Bastaría conque nuestros mandatarios fueran mínimamente diligentes, para tenerlo siempre bien limpio. Lo que es absolutamente anormal, y esta fuera de todo lugar, es que nuestra ínclita alcaldesa y su fiel escudero, dediquen cada verano todos los esfuerzos y todos los medios que tienen a su alcance, para intentar quitar de ese paraje a un najerino que lo único que quiere, ateniéndose siempre a la Ley (jamás se negó a pagar impuestos), es hacer lo que hizo siempre: Cenar a la fresca con los amigos. Algo que, además de no hacerle mal a nadie, la Ley de Aguas le permite. (O sea, que no tiene por qué pagarles a ustedes ni un solo euro, de la multa que le han impuesto, modificando arbitrariamente los términos.) Y en cualquier caso, no es una cuadrilla de amigos cenando lo que sobra en ése paraje, señores del Toboso. Sino el horrible y peligrosísimo transformador de luz que ustedes prometieron quitar, y que, sin embargo (para ver si cuela), han tratado zafiamente de ocultar con un letrero, y las torres de alta o media tensión que rodean con sus perjudiciales cables, casi toda la ribera y un colegio”.
   Pues bien. Ahora mismo, aunque después de haber estado denunciando repetidamente esta injusticia, no conozco la sentencia, sé que el Ayuntamiento se la tiene que envainar, una vez más, porque los antedichos najerinos han ganado el “recurso contencioso administrativo” interpuesto contra la denuncia que estos inquisidores que nos gobiernan les pusieron, por el mero hecho de pertenecer uno de ellos al FORO. La sentencia es clara y rotunda: “La denuncia del Ayuntamiento queda anulada, y contra dicha sentencia no cabe recurso alguno”.  ¡Esto debería enviárselo alguien a mi amiga Soraya Sáenz de Santamaría, para que vean cómo administran justicia los suyos!