domingo, 22 de abril de 2012

Siguen robándonos la Historia y la Memoria.

   Los depredadores que nos gobiernan, firmes en su afán de dejarnos sin Historia y sin Memoria, se han cargado la “Ermita del Cristo del Humilladero” (ubicada hasta hace unos días en la subida al Alcázar) que la concejala del FORO, Gloria Moreno, compró en su día, para que fuera rehabilitada por el Ayuntamiento.
   Esta Ermita, según puede leerse en la página 168 de la “Crónica de la muy noble y muy leal ciudad de Nájera”, de D. Manuel María Anguiano, fue construida en el año 1.876, y pertenecía al “Catálogo Monumental de Patrimonio de la Provincia de Logroño”, redactado por D. Cristóbal de Castro, según Orden de primero de febrero de1.915, siendo el entorno cementerio público. (El nuevo cementerio de Nájera se realizó hacia 1.889/1.903.)
   En 1.924, la Ermita aparece registrada como “pajar”, siendo de propiedad municipal, volviendo a registrarse en el año 1.949, como parte del cementerio municipal. Algunos años después, pasó a ser de titularidad privada, hasta que la antedicha concejala, tal y como reza en las actas municipales, la compró para rehabilitarla.
   La Ermita estaba construida con piedras de sillería y sillarejo, y con algo de adobe en la parte más alta de los muros, teniendo en su interior algunos pequeños restos de pinturas sobre fresco, del siglo XVIII o XIX, a modo de columnas, bastante deterioradas. El dintel interior de la puerta de entrada era una hermosa viga, posiblemente de roble (la pintura no permitía distinguirla), aparentemente en muy buen estado. Lo que la convertía en un edificio susceptible de conservar.
   Pero estos badulaques que nos ha tocado en suerte soportar, al igual que han hecho con todos los edificios nobles de nuestra ciudad, y están haciendo con el casco antiguo y la muralla medieval, se la han dejado hundir, para justificar el poderla tirar. (Esta misma táctica está siendo empleada desde hace muchos años por políticos, especuladores y caciques sin escrúpulos para construir en las zonas verdes: Las abandonan a su suerte, las llenan, o las mandan llenar, de escombros y de basura, y luego construyen en ellas, arguyendo que lo hacen para adecentar y sanear el lugar.) ¡Abyecta y mezquina realidad!