miércoles, 20 de junio de 2012

Una noche inolvidable.

He aquí los más puntuales a la cita.

   El pasado sábado dieciséis de Junio, un centenar de najerinos acudimos a la cita de los Amigos de la Historia Najerillense para conocer in situ nuestra Historia y la de las estrellas.
   La cita fue en la Plaza de España, a las nueve de la tarde, desde donde partimos hacia el Castillo de la Mota, mochila en ristre (había que llevar bocata, bebida, linterna y ropa de abrigo), conociendo por el camino la interesantísima historia del Alcázar, el Puente, la Ermita, el Cementerio, las distintas Iglesias y sus enclaves, las antiguas entradas a Nájera, los Castillos, los nombres de sus moradores, sus desencuentros,  y las batallas que allí libraron entre ellos. La encargada de explicarnos esta interesante parte de nuestra Historia, fue la Presidenta de la Asociación, Ester López Ojeda, que, de un modo ameno y sencillo, documentando sus palabras con magníficas fotografías y planos, hizo que se entusiasmaran (¡que ya es decir!) hasta los niños. Una de las cosas que más les sorprendió a la mayoría de los asistentes  fue la existencia del Puente que unía Malpica con el Castillo, y la prohibición, que aún existe en nuestro Ayuntamiento, de suicidarse arrojándose desde él al vacío. Después, una vez visitadas las excavaciones del Alcázar, y escuchadas con muchísima atención sus explicaciones, fuimos subiendo con gran alborozo hacia la cima del Castillo, donde dimos buena cuenta de los bocadillos, después de habernos extasiado con las maravillosas vistas que a esas horas ofrece ese lugar tan estratégico. Terminada la cena, una vez anochecido, Víctor Lanchares, profesor de la UR de matemáticas, y miembro de la Agrupación Astronómica de La Rioja, fue el encargado de explicarnos la interesante historia de las estrellas, incluidas leyendas y anécdotas. Lo malo fue que se nos nubló el cielo, y apenas pudimos verlas. Al bajar hacia la Salera, donde Víctor tenía el telescopio, se montó una gran algarabía, ya que eso era algo novedoso, sobre todo para la chiquillería. Los que nos quedamos (algunas madres se habían ido directamente a sus casas con los niños por lo avanzado de la hora), tuvimos la fortuna de ver Saturno con sus anillos, y el Cúmulo de Hércules, quedándonos totalmente alucinados con semejante espectáculo. Como podéis ver, Cantores míos, esta excursión fue una experiencia  maravillosa que, a buen seguro, aunque sin entendidos en Historia y en estrellas, muchos de los asistentes repetirán este verano con sus hijos y amigos, porque fue, como he titulado,  una noche inolvidable.

Y aquí, Ester, explicándonos lo que fue el Alcázar.