domingo, 15 de julio de 2012

Lo prometido es deuda. (Y 2)

La Peña Malpica, con su nuevo uniforme, en las traseras del Mercado. 1.980

  El Club Juvenil Malpica, tanto a través de la Peña, como del Club como tal, a pesar de no recibir, como ya ha quedado dicho, ninguna ayuda oficial, tuvo la gallardía y la generosidad de participar activamente en temas importantísimos (en algunos llevó siempre la iniciativa) para el desarrollo de nuestra ciudad: Creó un equipo de fútbol de alevines; participó en el Concurso de Carrozas de Logroño; formó parte de la Coordinadora Pro-circunvalación; participó, para que no fracasaran, en los “Anales de la Corte Najerina”; se implicó en temas urbanísticos conflictivos; puso, cuando el caso lo requirió, paz en las vueltas de San Juan y en alguna reyerta vecinal; colaboró con los organizadores de la primera “tractorada”, haciéndoles compañía en la carretera, y cediéndoles mil pegatinas con el mensaje: “Los primeros pasos son los más difíciles: Ayúdanos a caminar”, que el Club Juvenil había confeccionado para demandar apoyo popular; publicó durante tres años una magnífica revista con periodicidad mensual; se hermanó con el Sendero Club de Arnedo, que tenía una magnifica Sala de Fiestas como sede social; realizó cucañas, concursos de disfraces, verbenas, charlas, recitales, gymkhanas, partidos de fútbol y un montón de cosas más; luchó con denuedo por la apertura de la biblioteca; colaboró en el proyecto de consecución de la Autonomía para La Rioja; denunció todas y cada una de las tropelías cometidas en la ciudad; demandó incansablemente la solución del caótico estado que presentaba el cruce del Cuartel de la Guardia Civil (actualmente solucionado ya); cubrió durante años los Plenos del Ayuntamiento, y organizó todo tipo de actos (muchos de ellos, como ya quedó dicho en otros artículos, en las Discotecas Dino y Managua, que Paco Luís Bartolomé siempre le cedió sin cobrarle un real) para sacar dinero con el que poder sufragar los cuantiosos gastos que tenía, aunque alguno de ellos le saliera mal, como el baile que dio en el trinquete de la Juana, en el que algún “necesitado” se llevó la caja que contenía el dinero recaudado, sin que nadie se diera cuenta de ello hasta el final.
   Pero como todo lo hermoso es efímero (en este caso lo pudo ser aún muchísimo más, ya que en tres años hubo cuatro Juntas Directivas), el Club Juvenil Malpica, para alivio de políticos, empresarios, caciques y demás, desapareció en pocos años de nuestras vidas y de la ciudad. Curiosamente, la Peña (ésta siempre se mantuvo erguida y activa) aún sigue llamándose Peña Club Juvenil Malpica, a pesar de haber desaparecido hace un montón de años ya. 
   Y antes de terminar, para que ningún defraudado lector se tenga que poner a teclear, para ponerme como hoja de perejil por no haberlo mencionado en un tema tan trascendental, he de decirles a ustedes, amigos lectores, que he omitido nombres por dos razones que enseguida entenderán: Una, porque fuimos tantos los que formamos el Club Juvenil Malpica, que no acabaría de citarlos jamás. Y otra, porque nunca, en ninguno de mis artículos, he pretendido hacer un trabajo histórico a carta cabal. Eso queda para los Historiadores, con mayúscula, que algún día tendrán que hacerle justicia a un Club Juvenil que cambió por completo nuestras vidas, y que nadie, empero, parece acordarse de él, en esta ingrata ciudad.