martes, 5 de marzo de 2013

¡Aprovechemos la ocasión!

Escenificación del falaz acto de la coronación.
      A tenor de lo publicado estas últimas semanas, la desaparición del monolito ubicado en la Plaza San Francisco, justo donde  otrora se erguía altanero un gran Olmo, según cuentan los viejos del lugar, va a ser inminente. Y digo desaparición, no por error, sino porque en esta ciudad en la que nos ha tocado en suerte vivir, todas las piedras de sillería que se desmontan manualmente o con máquinas excavadoras, a pesar de ser numeradas, desaparecen. En vista de ello, y aun a riesgo de ser tildado de “traidor”, “antinajerino”, “loco”, “imbécil”, “cantamañanas”, “tarado" o algún calificativo peor,  propongo que aprovechemos la ocasión y dejemos de escenificar también la “aclamación”, que no coronación (el rey Fernando III fue coronado en Valladolid a mediados o finales de abril del año 1217. En nuestra ciudad, lo único que ocurrió fue que, al pasar por aquí Don Fernando y su madre Berenguela,  procedentes de Burgos, el integrante de alguna familia nobiliaria que habitaban por entonces en Nájera salió a recibir al séquito en el que venían madre e hijo, y entonces se produjo una especie de de aclamación popular en la que las familias nobles y la gente del pueblo llano, reunidos en el campo de San Julián, gritaron “¡Viva el rey Don Fernando!” “¡Viva la reina Berenguela!” “¡Dios guarde al nuevo rey de Castilla y le dé larga vida!” O algo así.), y dediquemos la jornada del 1º de Mayo a manifestarnos en las calles najerinas contra la reforma laboral, los recortes sociales  y la corrupción,  que es a lo que en realidad en esta histórica fecha estamos llamados. No olvidemos que  en Nájera tenemos ahora mismo 1.200 parados.
Buscando las raices del mítico Olmo.