domingo, 7 de julio de 2013

La noche más hermosa.


   Ayer, sábado seis de Julio, con un día increíblemente hermoso, más de doscientos cincuenta najerinos acudimos a la Plaza de Navarra para asistir a la "II Excursión nocturna al Castillo: historia y estrellas", organizada por los Amigos de la Historia Najerillense. La cita fue a las nueve de la tarde, y, antes de comenzar la excursión, Esther López Ojeda, Presidenta de dicha Asociación, nos explicó la historia de las Plazas de España y de Navarra, así como la de sus desaparecidos edificios. De ahí partimos hacia la punta del Castillo de la Mota, conociendo por el camino la interesantísima historia del Alcázar, el Puente, la ermita, el Cementerio, las distintas Iglesias y sus enclaves, las antiguas entradas a Nájera, los Castillos, los nombres de sus moradores, sus desencuentros,  y las batallas que allí libraron entre ellos, a través de las magníficas e interesantes explicaciones que Esther López Ojeda nos dio de un modo ameno y sencillo, documentando sus palabras con magníficas fotografías y planos. Una de las cosas que más les sorprendió a la mayoría de los asistentes  fue la existencia del Puente que unía Malpica con el Castillo, y la prohibición, que aún existe en nuestro Ayuntamiento, de suicidarse arrojándose desde él al vacío. Después, una vez visitadas las excavaciones del Alcázar, y escuchadas con muchísima atención sus explicaciones, fuimos subiendo con gran alborozo hacia la cima del Castillo, donde dimos buena cuenta de los bocadillos, después de habernos extasiado con las maravillosas vistas que a esas horas ofrece ese lugar tan estratégico. Terminada la cena, una vez anochecido, Víctor Lanchares, profesor de la UR de matemáticas, y miembro de la Agrupación Astronómica de La Rioja, fue el encargado de explicarnos la interesante historia de las estrellas, incluidas leyendas y anécdotas, recorriendo todo el cielo por completo, dejando asombrados a todos los que asistieron. Sobre todo a los niños. Al bajar hacia la explanada de La Salera, donde Víctor tenía colocado el telescopio, se montó una gran algarabía, ya que eso era algo novedoso, sobre todo para la chiquillería. En esta ocasión nos quedamos casi todos (el año pasado nos quedamos muy pocos, porque hacía mucho frío) y, al no haber ni una sola nube en el cielo, pudimos ver perfectamente Saturno con sus anillos. A la una de la noche, cuando yo me marché para casa (en mangas de camisa) aún quedaba allí un montón de gente ansiosa por mirar por el telescopio. Y para terminar, he de deciros dos cosas: Que este año hemos tenido unos excursionistas de excepción: los chicos y chicas que están trabajando en la recuperación del maravilloso e importantísimo camino de Pasomalo, y que, a buen seguro, para la inmensa mayoría de los que acudimos a la excursión, la del sábado seis de Julio, fue la noche más hermosa. ¡Que se repita!