viernes, 6 de septiembre de 2013

¡Se acabaron las miserias!

Alcantarilla de la calle Raure.

   Según las mendaces Paquita Mendiola y Marta Martínez, Nájera va a ser la leche dentro de unos meses. Aunque en dos años no han hecho más que arreglar una alcantarilla en la calle Raure, que se encontraba, al igual que la calle, totalmente hundida, y privatizarnos el único servicio municipal que daba dividendos: el del agua, ahora, de la noche a la mañana, van a crear súbitamente, el Nájerafórum en el viejo Centro de Salud, convirtiéndolo en un edificio multidisciplinar que albergará biblioteca, ciberteca, ludoteca, centro juvenil, aulas de actividades y salón de actos, convirtiéndose en un espacio para usos sociales y culturales, dando respuesta así a las miles de demandas de asociaciones najerinas y comarcales. Van a demoler el Silo (algo propio de locos, cuando lo propuso el PSOE), para convertirlo en una zona de ocio con todo lo que los vecinos de los barrios altos puedan imaginar, incluido un Partenón que para sí quisieran los de Atenas. (Los niños de la Escuela Infantil Doña Estefanía que se busquen la vida durante los meses que duren las obras.)  Van a construir un campo de fútbol 7 en La Salera, y van a llevar a cabo la reconversión del viejo Cinema Club en Oficina de Atención al Ciudadano. Para rubricar tan maravillosos proyectos (esperemos que no pase como con el del nuevo Colegio público San Fernando, que llevan ya doce años incumpliéndolo), nuestras mendaces alcaldesa y senadora presumieron de dar respuesta así a las “principales reivindicaciones de los najerinos” (¡ojo!), que es lo que ha marcado siempre su agenda política, y así seguirá en los próximos meses. O sea, que a los najerinos no les importa ni el trabajar, ni el comer, ni el tener casi todas las industrias cerradas, ni los suicidios, ni las depresiones, ni la privatización de la sanidad y la enseñanza pública, ni la preciosa “reforma laboral”, ni los desahucios, ni la (no) jubilación, ni los escándalos diarios de corrupción, ni la emigración de nuestros jóvenes talentos, ni el lamentable estado de todas y cada una de sus plazas y calles, ni que se hunda el casco antiguo, ni que se derroche el dinero que no tenemos en cosas prescindibles y en celebraciones, ni que se les hundan los montes, ni que les privaticen los servicios municipales, ni que les dejen fuera de ordenación sus propiedades, ni tener tres liberados tocándose los ovarios y los cojones… ¡No les importan ninguna de estas pijadas! ¿Para qué coño quieren ellos, por ejemplo, que les llenen los Polígonos Industriales de empresas multinacionales que les den trabajo para poder comer y vivir dignamente? ¡Yo esto no me lo pierdo!

Y una de nuestras preciosas calles.