jueves, 4 de septiembre de 2014

La que se avecina.


   Cuando nuestros conspicuos gobernantes rechazaron la generosa oferta del Gobierno central de pagar sus deudas a cambio de que efectuaran recortes en el Ayuntamiento de Nájera -léase quitar los liberados-, y prefirieron privatizar el agua para pagar la piscina cubierta, no tenían ni idea de la que se nos venía encima. De momento, los encargados de regar el Paseo y las zonas verdes de Nájera llevan un contador en la manguera para, según dicen, saber el agua que se emplea. Pero todos sabemos que más pronto que tarde, eso habrá que pagarlo a tocateja. Esto, con ser de chiste, que lo es –aunque maldita la gracia que tiene-, no es nada con lo que os voy a preguntar ahora: ¿os imagináis a los bomberos, cuando acudan raudos y veloces a apagar un incendio, enganchando el contador a las mangueras? ¡Solo pensarlo causa vergüenza ajena!