miércoles, 18 de febrero de 2015

¿Dejarán así la tapia?


    Tal y como nos tienen acostumbrados, nuestros déspotas gobernantes ordenaron tirar la gunita que estaba suelta en el farallón de Malpica, a la altura de Peñaescalera, sin avisar a los propietarios de la vivienda que hay debajo. Se da la circunstancia de que en el corral donde cayó la mayor parte de este material, los propietarios tienen dos perros: uno adulto, y otro cachorro, que no murieron de milagro. Pasado el susto, aprovechando que no tenían tapia, los dos perros decidieron irse por ahí de paseo, hasta que los encontró su dueño. Pero la cosa no quedó ahí: Una vez retirados los restos de gunita de la carretera, colocaron en lo que quedaba de tapia cuatro vallas de las de cortar el tráfico, y listo. ¡Para que aprendan quienes nos visiten cómo se solucionan aquí los casos!