jueves, 12 de mayo de 2016

El último referente.


    Los bancos de cemento de la Fuente de La Estacada son el último referente que nos queda de lo que fue nuestra Nájera. Espero y deseo que sean restaurados y recolocados, en vez de cambiados por otros de madera. No sé -ni me importa- el valor histórico que puedan tener. Pero sé el valor sentimental que tienen para todos mis coetáneos. En ellos nos sentaban a merendar nuestros padres y nuestros abuelos, bebiendo a grandes sorbos el agua medicinal de dicha Fuente. Siendo unos chiguitos, nos poníamos ciegos de piña, pera y melocotón en almíbar, y de gaseosa, naranjada y algo parecido a la coca cola, en las fiestas de San Juan. Y en ellos hacíamos lo que podíamos cuando conseguíamos ligar. La Fuente de La Estacada fue uno de los rincones preferidos de todos los najerinos de entonces. Muchos señores mayores, incluido mi difunto abuelo, Benedicto “Morgón”, subían cada día a llenar una botella de su agua medicinal. Tal era la creencia. Y algo tendría de verdad. Después, la desidia, la incultura y la codicia hicieron que ese paraje se deteriorara y se envenenara el manantial. Por eso, ahora que tenemos un gran concejal de Medio Ambiente, espero y deseo que respete y guarde culto a un lugar tan especial.