martes, 19 de julio de 2016

¡Todo tiene su explicación!


Cuando los asistentes a la “III Bajada del Najerilla”, celebrada por los Amigos de la Historia Najerillense el pasado domingo, llegaron a la “Chopera del tordo” y me vieron, cámara  en ristre, en la otra orilla del río -había hecho el recorrido con ellos-, se quedaron perplejos: ¿Cómo era posible que yo hubiese cruzado el río Najerilla sin mojarme, si cubría casi entero? Pues muy sencillo: Jesús Nalda me dejó un flotador de los que usábamos de pequeños, y, montado en él, me encomendé a la destreza de Valero Ojeda, que hizo de mi barquero.