miércoles, 4 de enero de 2017

El cabreo va en aumento.


Aunque de vergüenza decirlo, llevo más de dos años escribiendo sobre el cabreo que en la calle Santa Eugenia causan las deyecciones de los perros. Y da vergüenza, porque lejos de solucionarse este injustificable comportamiento de los dueños de los perros, la cosa va en aumento, y con ella, el cabreo de los vecinos de dicha calle, que se ven impotentes ante la chulería de los incívicos dueños, y la desidia del Ayuntamiento.