viernes, 31 de marzo de 2017

El Palacio de los Marín de Rodezno está siendo saneado.


La casa conocida popularmente como el Palacio de los Marín de Rodezno está siendo saneada, después de las críticas recibidas en el Ayuntamiento por los excrementos de palomas, principalmente. Esta casa consta de tres plantas en sillería, rehecha la inferior, con vanos adintelados de placa, oreja, balcones y herrajes del siglo XVII, y escudo en esquinazo a la Calle Mayor, sobre Cruz de Calatrava, cuartelado primero de cinco cabezas de moro y brazo armado, segundo de torre, tercero terciado en palo de bandas, tres lises y león rampante a árbol y medio partido de espada tronchada por banda, cuarto de tres lises tronchado por banda, y quinto en punta de ondas el todo con bordura de aspas. Estaba construida ya para el año 1.675, por don Francisco Marín de Rodezno. En sus bajos estuvieron ubicadas durante muchos años, la tienda “Almacenes Hidalgo” y el “Windy Bar,” en la Calle Cuatro Cantones, y en la Calle Mayor, además de un tercio de la misma tienda: “Almacenes Hidalgo,” la lóbrega tienda de la Angelita, en la que se vendían botijos, huchas, tiestos y cazuelas de todos los tamaños, hechos con barro, además de cucharas y toda suerte de útiles de madera, vino, gaseosa, atún en aceite y algunos productos más. Muchos años después de que esta tienda cerrara, mi amiga Chuchi y su marido, Victoriano de Santiago +, pusieron allí una churrería, para seguir la tradición del señor Leandro Ochoa, padre de la primera. El Ayuntamiento debería hacer un esfuerzo por hacerse con ella, ya que es una de las poquitas joyas que nos quedan.