sábado, 1 de abril de 2017

Cañas con jamón.


Ayer, viernes 31 de Marzo, coincidiendo con el segundo aniversario de la reforma del “SANFER”, su dueño, en lugar de darnos tapas con las cañas, nos dio un hermoso jamón, del que daremos buena cuenta hoy.

La ciudad que PP y Cambia Nájera quieren.


Los concejales del Partido Popular y  la de Cambia Nájera votaron en contra de la modificación presupuestaria para la financiación parcial del montante de las obras del proyecto de reforma de la Plaza de la Cruz, dando de baja la cantidad de 120.000 euros de la partida para el Albergue de Peregrinos del Presupuesto del 2016, y de la aprobación del expediente de contribuciones especiales para financiar las obras de dicho proyecto. Los argumentos esgrimidos fueron patéticos: “No podemos apoyar un proyecto cuya financiación esté sustentada en contribuciones especiales para los vecinos”, dijo la portavoz del PP -en esta ocasión, las contribuciones especiales son del veinte, y no del noventa por ciento que aplicaban ellos-, y “si tuviéramos el Presupuesto de 2017, no habría que hacer esta modificación, no han hecho sus deberes”. -No sé si el Equipo de Gobierno ha hecho los deberes, pero por lo menos van a clase todos los días. Otros ni se arriman.- Como consecuencia de estos siete votos en contra, najerinos y visitantes tendremos que seguir sufriendo la infamia de tener una plaza tan recoleta en unas condiciones tan infames. Como todos sabéis, las obras de reforma de dicha plaza consisten en eliminar la actual solera, aproximadamente en unos 20 centímetros, para colocar otra nueva y más resistente, acorde con el espacio histórico en el que se encuentra, aprovechando para renovar las canalizaciones de agua, residuales, gas y electricidad, e instalar nuevo alumbrado que mejore la visibilidad nocturna, especialmente en las entradas a la plaza, con unos focos. También se actúa en el olmo, el único árbol del lugar que, al parecer, está enfermo y no se descarta sus sustitución por otro que mantendrá una decoración de banco de piedra a su alrededor, aunque más baja que la actual. Además, el árbol que al final quede como protagonista, estará acompañado por otros de menor porte, así como mobiliario urbano (bancos y papeleras) que distingan el lugar como una zona peatonal. Con ello se logrará la peatonalización, aunque cerca de la rampa que da acceso a la plaza de San Miguel, que también se adecuará a la legislación -porque no cumple los requisitos para su uso por parte de personas con movilidad reducida- se habilitarán unos lugares de “carga y descarga” para que preste servicio a los comercios de la zona o a los propios vecinos para que puedan descargar sus compras. Para facilitar la entrada a la plaza se eliminará el bolardo que está funcionando los fines de semana, y el resto de días a partir de las nueve de la noche. ¡Una lástima!