domingo, 25 de junio de 2017

Un San Juan nada catastrófico.












Tal y como anuncié, aquí no aparecieron ni centenares de autobuses con jóvenes de fuera, ni furgones policiales. El día amaneció cojonudo: fresquito y nublado, y los almuerzos se llevaron a cabo con alegría y gran alborozo. Las Vueltas en el Paseo de San Julián fueron una auténtica delicia: por primera vez participaron de ellas un montón de jóvenes que hasta ahora pasaban de darlas en el Paseo. En el peregrinar hacia la Plaza de España, a pesar de que todo hacía presagiar que los sanjuaneros iban a ir como las amotos para marchar pronto a casa a ducharse, comer y echarse una siesta para ir a Tafalla, se entretuvieron más que otros años, porque las notas sanjuaneras habían calado hasta la sangre, y nadie se acordaba del partido. En la Calle Mayor, salvo un pequeño incidente con el agua arrojada desde los balcones, se dieron como no se daban hacía mucho tiempo. Y en la Plaza de España -ya se habían ido centenares de najerinos-, estuvimos bailando y disfrutando hasta bien pasadas las cinco. Después, hasta la hora del partido, la zona estuvo animadísima, y los najerinos nos entregamos por completo a la juerga y al bullicio. Cuando llegamos al Kien a ver el partido, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que no les dejaban retransmitirlo, si no había dinero por medio. A pesar de todo, nos quedamos allí, y a través de los móviles, vimos cómo perdíamos el partido, quedándonos un poco deprimidos. Pero como San Juan es mágico, enseguida nos repusimos, y seguimos la juerga hasta la llegada de los jugadores del Náxara, que tuvieron en la Plaza de España un recibimiento apoteósico. -No quiero ni pensar lo que hubiera ocurrido de haber ganado el partido.- Después de hechas las presentaciones y dadas las gracias a técnicos, directivos, hinchas y jugadores, hubo una especie de verbena, que hizo que cayeran unas gotas de gratificante lluvia, para que pudiéramos dormir fresquitos, y terminar así de primera, este San Juan que fue una auténtica maravilla, a pesar de presentarse catastrófico. ¡A por Sanjuanito!