sábado, 10 de marzo de 2018

Crónica de una muerte anunciada.


La poda que les están haciendo ahora mismo a los plátanos del Paseo de San Julián es temeraria en extremo. Alguien tendría que haber evitado esta salvajada que puede acabar con el mayor de nuestros tesoros. Está visto que en esta ciudad, los encargados de Parques y Jardines son, además de profanos, soberbios. Hace unas semanas publiqué que teníamos una oportunidad de oro para sentarse a debatir el futuro de nuestro Paseo. Pero, a tenor de lo visto, a nuestros adalides de la Libertad, lo de dialogar se la trae al fresco. No sé cuánto tardarán en enfermar. Pero sí sé, empero, que han quedado totalmente indefensos. ¡Al tiempo!